El pasado 7 de marzo el guionista Tomás Aragay, último premio Goya con el director Cesc Gay por la película Truman, visitó la sede de ALEA para hablar sobre cómo escribir un guión y comentar los pormenores de la escritura de su última película, «una historia que teníamos pensada desde hace tiempo y que sabíamos que teníamos que afrontar pero para la que no estábamos preparados». Según Aragay, tanto Cesc Gay como él intentaron encontrar una estructura narrativa que mejor sirviera para contar la historia de los dos amigos a los que dan vida Javier Cámara y Ricardo Darín. «La pregunta que nos hacíamos era cómo se acompaña a alguien a morir», comentó Aragay ante un público que escuchaba atento las explicaciones del guionista. «Una y otra vez hablamos de amor, de muerte, de conflicto. Si no hay preguntas no hay película ni libro», señaló.
Ante la pregunta de cómo se plantearon la duración de la historia, Aragay añadió que «las cosas pasan en un tiempo, y es muy importante detenerse en saber en cuánto tiempo vamos a contar la historia. A partir de esta decisión, conseguimos la tensión dramática, el ritmo». Aunque también quiso dejar clar que el guión sólo es una herramienta de trabajo en la que participan muchas personas y que sabes «que va a tocar mucha gente». De hecho, tanto Darín como Cámara aportaron ideas que ayudaron «a mejorar la historia», apuntó con modestia. Y finalizó el encuentro con los asociados de ALEA explicando que «escribir es un acto de comunicación: nunca debes dejar de pensar en el lector o en el espectador».
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